Nuestra palabra viene de las voces que hemos tejido y cargado de dignidad en nuestro largo caminar como pueblos, organizaciones, movimiento e Iglesia. Viene de quienes optamos y tenemos la mirada que los cambios verdaderos vienen de abajo, de quienes se organizan y conjuntan sus fuerzas para una buena vida, para el buen vivir, para el cuidado de la Madre Tierra.
Son las palabras que han cobrado un nuevo impulso y se han multiplicado a partir de los encuentros entre los movimientos populares del mundo con el Papa Francisco. Reunidos en el Perú, representantes de Movimientos Populares y de las Pastorales Sociales CARITAS, provenientes de distintas geografías de nuestra América Latina nos ha reunido el dolor y el coraje por las injusticias a las que somos sometidos nuestros pueblos y su entorno. Pero nos ha reunido también la alegría, la esperanza y las ansias de libertad, de vida digna y plena que día a día labra la gente sencilla a través de su trabajo y luchas en unidad con nuestra Madre Tierra. En este encuentro nos hemos reconocido como iguales y como tales hemos mirado la realidad. En ella hemos reconocido que padecemos el dominio de un sistema que niega la vida, que lucra a partir de la muerte y la destrucción.
El capitalismo salvaje, el “dios dinero”, es el gran mal que padecemos, el que nos sacrifica y día a día nos mata. También padecemos por el colonialismo, el dominio injusto que niega nuestra condición humana y nos hace vivir como como esclavos, como seres ajenos al lugar del que somos parte, que nos enfrenta entre hermanos y nos humilla. Y sufre también nuestra Madre Tierra al ser saqueada, envenenada, al ser destruida por la acción colonialista y por el dinero, que atenta en su contra sistemáticamente para enriquecerse. Como hermanas y hermanos hemos juzgado esa realidad que padecemos, buscando las luces que nos ayuden a construir una alternativa, horizontes de lucha que nos permitan caminar juntos y juntas. Hemos escuchado la palabra del Papa Francisco, que ha resonado en nuestros corazones, quien ha estado presente en este encuentro de múltiples maneras. En un diálogo verdadero, hemos reconocido que no podemos ser cómplices de tanta muerte, que no podemos quedarnos callados y que de no proponer y construir otras formas de vida estaremos consintiendo la muerte y destrucción de los Pueblos que somos.
Departamento Justicia y Solidaridad-CELAM Conscientes de la necesidad de unirnos, decidimos juntar nuestras manos y corazones, nuestras luchas, dar pasos adelante en comprometernos en la transformación de la realidad, para que esta sea mucha más humana y de respeto a la vida en toda su expresión. Asumimos que la diversidad de los que confluimos en esta gran unión, es una riqueza, reconocemos en ella un potencial enorme en el alumbramiento de un nuevo tiempo, que se expresa en las resistencias de nuestra América Latina. Nosotras y nosotros, como parte integral de la Madre Tierra, a la cual nos debemos, decidimos caminar juntos, actuar y acercarnos a todos nuestros pueblos para que sean parte de esta alianza que necesita que las y los más humildes entren en la historia y cambien su realidad. La lucha por Tierra, Techo y Trabajo, por la dignidad humana y por la defensa radical de la Madre Tierra nos une en lo inmediato y traza también nuestro horizonte.
Es una lucha a la que llamamos a todos los pueblos del continente y caribe, una lucha que sólo podrá convertirse en una alternativa si juntamos las luchas, los procesos de cambio que vamos erigiendo, los hacemos cumplir y si los articulamos con la esperanza. Es preciso impulsar con más fuerza los caminos que todos y todas construimos rumbo a un urgente cambio de sistema desde las trincheras donde florecen las esperanzas. En Chaclacayo, Pèru a los 15 días del mes de septiembre del año 2017 Firman los asistentes al Diálogo entre la Iglesia latinoamericana y los Movimientos Populares