DECLARACIÓN DEL SECTOR RURAL DE LA AOED – AMERICA LATINA Y EL CARIBE

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Foto: El Comercio

El Sector Rural de la AOED región América Latina y el Caribe se reunión en Bogotá, Colombia con la presencia de 30 organizaciones de 14 países de la región de América Latina y el Caribe, como parte de nuestro plan de trabajo para la gestión 2017, para discutir principalmente el tema de Conflicto y Fragilidad entre otros.

El Sector Rural – ALC reconoce el valor político que representa su participación activa y propositiva en la agenda internacional relacionada al desarrollo sostenible, la eficacia de la ayuda. Por el mismo hecho hacemos llegar nuestros mensajes políticos que expresan nuestra posición sobre la coyuntura internacional y mensajes internos  hacia la plataforma para intentar mejorar nuestro funcionamiento.

MENSAJES POLITICOS

  1. El Sector Rural en América Latina y el Caribe ratifica ser un espacio de articulación social que reivindica una agenda progresista de derechos desde una perspectiva de lucha de clases y de resistencias de los pueblos.
  2. El Sector Rural en América Latina y el Caribe continuará fortaleciendo su capacidad de acción y movilización política en un tema tan esencial como es la soberanía alimentaria, como un medio para alcanzar el buen vivir de nuestros pueblos.
  3. Denunciamos categóricamente toda acción imperialista contra la vida que están colocando al planeta en un punto de deshumanización y exterminio. Deben cesar las invasiones, intervenciones y amenazas imperialistas contra cualquier Estado soberano. Exigimos, pero a su vez nos comprometemos, a trabajar por un mundo en paz, con justicia, equidad, dignidad y autodeterminación.
  4. Denunciamos la destrucción masiva y creciente que los grandes poderes económicos y corporativos le están ocasionando a la “Pachamama” y hacemos el llamado urgente a todos los países a luchar por los derechos de la naturaleza.
  5. Reiteramos, que cualquier iniciativa o acción global que no cuestione el modelo de vida capitalista y neoliberal, que es de muerte y depredación, poco o nada podrá hacer para cambiar la realidad de exclusión, marginación y pobreza en la que vive más del 80% de la población mundial.
  6. Denunciamos que mientras la Ayuda Oficial al Desarrollo continúe moviéndose tras los perversos intereses geopolíticos y económicos de los países desarrollados y las corporaciones trasnacionales, no contribuirá al verdadero cambio y seguirá afirmando su lógica perversa de asistencialismo y caridad que la ha caracterizado históricamente.
  7. Nos preocupa el papel y rol que en los últimos años ha desempeñado la institucionalidad social que participa activamente en el sistema de cooperación y desarrollo internacional. Se han perdido las reivindicaciones políticas de los necesarios cambios estructurales que nuestros pueblos demandan. En el discurso de buscar un “ambiente habilitante para las Organizaciones de la Sociedad Civil”, la utilización de discursos vacíos de contenidos, de jugar a la “gobernabilidad democrática” y de no cuestionar las causas que han originado la problemática global, sólo estamos sirviendo para legitimar y oxigenar este sistema de muerte y genocidio.
  8. Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) no debemos abandonar la lucha por la soberanía y la autodeterminación de nuestros pueblos. Debemos trabajar por repensar e incidir en el buen rumbo de los Estados y como participar activamente la ciudadanía y demás actores de la vida política de nuestros países, para redefinir o refundar nuevos modelos de vida, orientados al bien común y en plena armonía con nuestra Madre Tierra.
  9. Reconocemos y reivindicamos en nuestro análisis y debate de la realidad regional, que los conflictos políticos que ha vivido América Latina y el Caribe han tenido causas estructurales, especialmente en la profunda desigualdad social, acumulación de la riqueza y control político de sectores de poder que nos colocan como una de las regiones más desiguales e injustas en la distribución de la riqueza y los ingresos del mundo.
  10. Rechazamos y denunciamos la creciente criminalización y violencia social que viven muchos de nuestros países y muchos líderes sociales, fundamentalmente en la lucha legítima que se libra por la defensa de los territorios y en la defensa de los derechos de la naturaleza, violentada permanentemente por las grandes corporaciones trasnacionales y poderes económicos, que saquean los recursos de nuestros pueblos.
  11. Reivindicamos nuestro reconocimiento a la lucha contra la impunidad y la corrupción que existe en la región como medio para la estabilización y garantía de poder mediante procesos de soberanía nacional. Condenamos toda acción que con la excusa de luchar contra la corrupción y por la transparencia, justifica una real estrategia de intervencionismo internacional donde los intereses son eminentemente geopolíticos para provocar desestabilización, sobre todo en los países donde existen gobiernos progresistas.

 

MENSAJES INTERNOS HACIA LA AOED

 

  1. El Sector Rural en América Latina y el Caribe reitera la importancia estratégica de contribuir a generar una institucionalidad regional propia en ALyC, y demandamos trabajar por fortalecer espacios como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y otros, así como buscar garantizar que en estos espacios existan los mecanismos y medios para la participación activa, efectiva, democrática e inclusiva de las organizaciones y expresiones legítimas de nuestros pueblos.
  2. El Sector Rural en América Latina y el Caribe ha determinado participar a través de la plataforma en los diversos espacios globales y regionales donde se aborden temas relacionados entre la Eficacia de la Cooperación al Desarrollo con la soberanía alimentaria, cambio climático y la agenda rural, y llevar un posicionamiento crítico de la disfuncionalidad del sistema y con propuestas orientadas a hacer de estas iniciativas, herramientas de cambios y de legitimización de las demandas que provienen desde los pueblos.
  3. Demandamos y exigimos democracia y transparencia interna de los procesos que se lleva en el espacio de la AOED. Los procesos internos deben ser sobre la base de una consulta real, que responda a los intereses legítimos de las organizaciones participantes.  Los procesos de elección de autoridades de los espacios de participación deben ser amplios, transparentes y rotativos. No se puede participar sobre la base de intereses preestablecidos. El idioma y lenguaje utilizado debe ser inclusivo para todas las organizaciones, especialmente para aquellas de base que vienen del sector rural, indígena y pesquero, de manera que permita la construcción de puentes de diálogo desde y entre los sectores.
  4. La lógica de que las grandes ONGs abarquen todos los espacios internacionales debe cambiar, se le debe dar un enfoque más comunitario y territorial. Debemos trabajar para traducir nuestros discursos y contenidos en una manera accesible y comprensible y garantizar que éstos lleguen a nivel comunitario y a la mayor cantidad de sectores posibles.
  5. La AOED además debe garantizar medios necesarios para hacer un proceso participativo no solamente a las ONGs si no a todos los niveles de las organizaciones de la sociedad civil. La participación democrática debe ser medida por una participación efectiva e incluyente.
  6. En espacios como la AOED se busca incidencia política, pero debe trabajarse al mismo tiempo en incidencia social. Reiteramos que la movilización y resistencia pacífica debe asumirse como una práctica necesaria para la demanda de los derechos, y como una acción complementaria a las acciones de incidencia global.
  7. Demandamos que los posicionamientos que se generan desde los espacios globales, deben ser resultado de un proceso diverso, amplio y ágil de consulta, y no así individual y excluyente.
  8. Exhortamos por demandar que en cualquier espacio oficial global o regional (ONU, OCDE, otros) la participación de las OSC debe ser constante y transparente, para asegurar que nuestras propuestas sean tomadas en cuenta.
  9. Demandamos y exigimos, que, en cualquier espacio de carácter global, donde coincidamos diversas culturas idiomáticas, el derecho de trabajar en nuestros propios idiomas y lenguajes deber ser una garantía y una práctica de manifestación de respeto a nuestras culturas e idiomas (foros, reuniones, debates, investigaciones, mensajes, etc.). Esto también debe reflejarse en la publicación de materiales, documentos, pronunciamientos, etc.
  10. Demandamos rediseñar en la AOED la referencia al sector rural. Debe revisarse y darle un lugar  específico al sector de la pesca artesanal y pastoril garantizando que se las incluya    reconociendo su aporte valioso a la soberanía alimentaria.