Las elecciones del próximo 11 de abril se realizarán en una de las coyunturas más críticas que ha vivido nuestro país. Se ha debilitado la hegemonía del orden neoliberal, existe una creciente demanda de cambio a nivel global y nacional. Las movilizaciones, especialmente de la juventud, reflejan su hartazgo frente a élites atravesadas por la corrupción y a un sistema incapaz de representar los intereses de las grandes mayorías del país.
Para responder a esa creciente expectativa ciudadana de cambio es fundamental partir por resolver las urgencias de la crisis sanitaria y económica agravada por la pandemia. Así mismo, asumir el desafío de construir un proyecto económico y político, sobre la base de un nuevo pacto, sustentado en una amplia coalición social y política que afirme la igualdad, la inclusión, los derechos y la democracia.
Quien gane las elecciones debe:
- Promover una nueva estructura productiva, que genere valor, riqueza, empleo con derechos, que supere al extractivo y respete la naturaleza. Promover la diversificación productiva como eje articulador de un proyecto de cambio con preservación y sostenibilidad ambiental. En el corto plazo, debe establecer estrategias de reactivación económica con el establecimiento de un bono universal que garantice el consumo de las familias y reactive la demanda; la generación de empleos temporales, y de rescate a las microempresas.
- Implementar, en lo inmediato políticas y estrategias eficaces para afrontar la grave emergencia sanitaria generada por la pandemia, solucionando problemas básicos como el acceso al oxígeno, el aumento de camas UCI, aumento de personal capacitado y el fortalecimiento del sistema primario de atención, Así mismo, afrontar la asimetría mundial en relación con las vacunas, que hace que unos pocos países tengan tres veces más de las que necesitan y otros no tengan nada; es importante cuestionar los regímenes actuales de propiedad intelectual, patentes. En el mediano plazo avanzar en la reforma integral del sistema de salud y el establecimiento de un sistema único o unificado de salud. Todo esto requiere resolver el presupuesto de la Republica que asigna un insuficiente financiamiento al sector salud
- Desarrollar una política de seguridad alimentaria como objetivo nacional prioritario, revalorando la agricultura familiar, la agricultura orgánica y la preservación de la diversidad biológica
- Fortalecer la división y autonomía de los poderes del estado y los mecanismos de participación ciudadana y de vigilancia a la acción pública. Debe abordar la necesaria redefinición del rol del Estado para dar forma a una estructura que se oriente a garantizar los derechos ciudadanos, civiles y políticos, así como los económicos, sociales y culturales. El sentido de la reforma debe ser construir un nuevo equilibrio entre el Estado, el mercado y la sociedad; y profundizar el proceso de descentralización.
- Afrontar con políticas y estratégicas eficaces los problemas estructurales que la pandemia ha puesto en evidencia como la desigualdad y violencia que sufren gruesos sectores de la sociedad, como los pueblos amazónicos e indígenas, personas adultas, con discapacidad y migrantes. En particular para erradicar las desigualdades y violencia de género que enfrentan las mujeres y la población LGBT producto del patriarcado y colonialidad (que se expresa en el racismo y desprecio a culturas no occidentales, la división sexual del trabajo y la doble moral sexual) y que determinan impactos diferenciados en la pandemia e incrementan su situación de vulnerabilidad frente a la pandemia.
Podrán afrontar estos problemas fuerzas políticas democráticas no así los conservadores, autoritarios y fundamentalistas.
Lima, 3 de abril del 2021
Consejo directivo de la ANC