Un nuevo análisis de los préstamos de política de $5 billones de dólares del Banco demuestra que el prestamista apoya los incentivos de inversión para el carbón y otros proyectos de combustibles fósiles en el Sudeste de Asia, Sudamérica, África y Medio Oriente, amenazando los esfuerzos de cambio climático, los grupos indígenas y los recursos naturales
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Washington, DC (26 de enero de 2017)— Los préstamos de apoyo a políticas del Banco Mundial están creando subsidios para proyectos de carbón, gas y petróleo socavando las iniciativas para construir infraestructura de energía eólica, solar y geotérmica y proteger las selvas tropicales vulnerables, entre ellos la Amazonía en Perú, esto según un nuevo informe del Bank Information Center (BIC) y de organizaciones aliadas a nivel mundial. El estudio, que examina siete operaciones de apoyo a políticas del Banco Mundial del 2007 al 2016 por un total de 5,000 millones de dólares en cuatro países -Perú, Indonesia, Egipto y Mozambique- revela que los fondos destinados a impulsar un crecimiento bajo en emisiones de carbono están apoyando incentivos a la inversión para proyectos que ponen en riesgo el clima, los bosques y las personas.
El informe arroja luz sobre las operaciones del financiamiento para políticas de desarrollo (DPF por sus siglas en inglés) del Banco – que a su vez son muy poco escudriñados, pero altamente influyentes – y que representan aproximadamente un tercio de todo el financiamiento del Banco Mundial, con un monto total igual a más de 15,000 millones de dólares en el 2016. Las operaciones de estos DPFs proporcionan financiamiento para cambio de políticas nacionales y reformas institucionales mutuamente acordadas por el Banco y el gobierno prestatario. Como parte de su Plan de Acción para el Clima, el Banco Mundial identifica a los DPFs como el instrumento principal para incentivar a los países a transicionar a una economía con bajas emisiones de carbono. Para cumplir con los compromisos nacionales de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, son fundamentales las nuevas inversiones en infraestructuras bajas en carbono, especialmente en el sector energético. Por lo tanto, el estudio de BIC examina las reformas de las políticas financiadas por DPFs que incluyen incentivos a la inversión para proyectos de infraestructura a gran escala. Sin embargo, el informe señala varias preocupaciones y medidas sustanciales relacionadas con el cambio climático que contradicen las promesas del Banco Mundial sobre cambio climático.
Socavando la gobernanza ambiental y amenazando los bosques. En tres de los países estudiados (Indonesia, Perú y Mozambique), las operaciones de DPFs iniciaron procedimientos acelerados de concesión de licencias y adquisición de tierras para inversiones en infraestructura. Estos cambios exacerban la ya débil gobernanza ambiental, los derechos ineficaces a la tenencia de la tierra y las presiones sobre los bosques. Indonesia y Perú tienen la tercera y la cuarta extensión de selva tropical más grande del mundo, respectivamente. Sus bosques son de suma importancia no sólo para los muchos pueblos indígenas que dependen de ellos para su subsistencia, sino también para el clima. Indonesia es el sexto emisor mundial de gases de efecto invernadero debido a la deforestación. Los bosques del Perú almacenan más carbono que lo que EE.UU. emite cada año.
Muchos de los próximos proyectos de infraestructura de PPP en Indonesia y Perú examinados en el estudio incluyen componentes que podrían dañar los bosques. Estos incluyen petróleo, gas, carbón y minería; energía hidroeléctrica de gran escala; y carreteras. Hasta el 84 por ciento de la Amazonía peruana está bajo concesiones de petróleo y gas. Estas concesiones ponen al bosque y a las comunidades dependientes del bosque del Perú en riesgo.
El estudio muestra que las concesiones de licencias y las reformas de adquisición de tierras impulsadas por los DPFs anulan los esfuerzos para mejorar las estructuras de gobernabilidad necesarias en Indonesia y Perú y para reducir la pérdida de bosques y el cambio climático. Varios derrames de petróleo que se han producido en el Perú en el último año pueden estar directamente vinculados a las debilitadas leyes ambientales impulsadas por estos DPFs.
“El Banco se niega sistemáticamente a evaluar adecuadamente los riesgos sociales y ambientales de sus propios préstamos de política. Lo vemos en las leyes aprobadas como resultado de préstamos de políticas que promueven la inversión reduciendo la capacidad del estado para sancionar los abusos ambientales “, dijo Harlem Mariño de DAR en Perú.
Las medidas del DPF del Banco Mundial en Perú proporcionan subsidios a las asociaciones público-privadas propuestas por el gobierno que desarrollarán: un gasoducto de gas licuado de petróleo, una central de diésel / gas y, en la Amazonia, tres redes de gasoducto y 26 nuevas concesiones hidrocarburiferas. También apoyarán dos proyectos eficiencia energética para alumbrado público y el desarrollo de energía hidroeléctrica. No se planean proyectos de energía solar o eólica.
Kate Geary, Directora de Campañas Forestales de BIC y colaboradora en el desarrollo del informe, dijo: “En lugar de usar su instrumento de política de desarrollo para proteger los bosques y combatir el cambio climático, el Banco está ayudando a debilitar las leyes ambientales y la gobernanza y erosionar los derechos de las comunidades locales a los recursos de los que dependen para su sustento “.
El informe fue publicado por BIC en colaboración con Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) Perú, Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales (EIPR), Greenpeace Indonesia, Amigos de la Tierra Mozambique y 11.11.11 Bélgica. Los principales hallazgos son los siguientes.
- En Indonesia, el DPF del Banco Mundial estableció subsidios para proyectos de infraestructura PPP, que incluyen cuatro centrales eléctricas de carbón y tres ferrocarriles de transporte de carbón (en las islas ricas en bosques de Kalimantan y Sumatra). No hay proyectos PPP de geotérmica, solar o eólica en las obras.
- En Egipto, los próximos proyectos de infraestructura destinados a recibir subsidios respaldados por el DPF incluyen: más de una docena de proyectos de petróleo y gas, 12.5 gigavatios de nuevas centrales eléctricas de carbón y 12 acuerdos pendientes de exploración de petróleo y gas.
- En Mozambique, los subsidios apoyados por el DPF del Banco están programados para beneficiar a cuatro centrales eléctricas de carbón, tres terminales portuarias de carbón y dos ferrocarriles de transporte de carbón. Otros proyectos previstos incluyen una planta hidroeléctrica y una planta de gas natural. Ningún proyecto geotérmico, solar o eólico es el objetivo de las subvenciones.
Según el quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) del 2014, el cumplimiento del objetivo acordado a nivel internacional de limitar el aumento de la temperatura media mundial a 2 grados Celsius requiere que al menos dos tercios de las existentes reservas de combustibles fósiles se queden bajo tierra. El estudio de BIC muestra que las políticas del Banco Mundial que respaldan los subsidios de exploración de petróleo y gas contradicen directamente la meta de 2 grados.
Cada país examinado en el estudio tiene potencial para desarrollar energías renovables, incluyendo vastos recursos solares y eólicos en Egipto y recursos geotérmicos -entre los más grandes del mundo- en Indonesia. Sin embargo, el informe concluye que, si se utilizan efectivamente los DPFs del Banco Mundial, estos podrían haber eliminado los obstáculos a las inversiones en energías renovables. Estos obstáculos incluyen, entre otros, marcos legales inadecuados, falta de estudios de factibilidad y falta de incentivos para la exploración geotérmica.
El informe insta al Banco Mundial a que siga su propio consejo de enfrentar el cambio climático proporcionando incentivos adecuados para un camino claro hacia el desarrollo con bajas emisiones de carbono. El reporte sostiene que el Banco debe ir más allá de apoyar solo algunos incentivos para energía renovable al tratar de dirigir a los países en desarrollo hacia una transición baja en carbono.
“La crisis climática y el mantener el calentamiento por debajo de 2 grados centígrados no sólo requieren inversiones crecientes en energías renovables sino también drásticamente la disminución de las inversiones en combustibles fósiles”, dijo Nezir Sinani Gerente de Europa y Asia Central en BIC.
El informe pide al Banco Mundial que apoye los incentivos para más energía renovable y protección de los bosques a través de los DPFs, y que sea transparente con respecto a las medidas e incentivos vinculados a los DPFs, así como de los proyectos que los DPFs apoyan.
“También queremos una evaluación más rigurosa de los DPFs sobre el clima y el bosque antes de que sean aprobados”, dijo Nezir Sinani. “Esta convocatoria ha resonado con varios directores ejecutivos del Banco Mundial que creen que el enfoque del Banco sobre las salvaguardas ambientales y sociales debe aplicarse a todos los tipos de préstamos. En la actualidad, los DPFs del Banco está fuera del alcance de las salvaguardas sociales y ambientales aplicadas a los préstamos de proyectos “.